Observarán una imagen.

El docente les brindará un pequeño presente a todos sus estudiantes asistentes.
Los estudiantes forman un círculo y el docente se coloca en medio de él, con un ovillo de lana o pabilo en la mano.
Da inicio a la actividad señalando que cada alumno va a presentarse ante sus compañeros de aula a través de la dinámica de la TELARAÑA.
En cuanto lance el ovillo a alguno de los alumnos, este deberá atraparlo y responder a las cuatro preguntas:
¿Cómo te llamas?
¿Cuántos años tienes?
¿Dónde vives?
¿Qué esperas que ocurra este año escolar?
El tutor empieza respondiendo las preguntas y luego lanza el ovillo a cualquiera de los estudiantes, quien a su vez deberá presentarse ante los demás.
Cuando termine, lanzará el ovillo de lana o pabilo a cualquier otro compañero, sin dejar de sostener la punta.
Quien lo recoge debe responder también las cuatro preguntas y lanza el ovillo a otro participante, sosteniendo una punta.
Así continúa hasta que todos se hayan presentado y se haya formado una figura similar al de una telaraña.
El tutor platea la siguiente pregunta:
¿Qué son las normas de convivencia? ¿Para qué sirven las normas de convivencia?
IDEAS FUERZA.
Las normas de convivencia son un conjunto de reglas o acuerdos diseñados para regular las interacciones entre personas dentro de una comunidad, grupo, organización o sociedad. Estas normas tienen como objetivo principal promover un ambiente armonioso, respetuoso y seguro para todos sus miembros.
Sirven para:
Establecer límites: Definen lo que es aceptable o inaceptable dentro de un grupo o sociedad, ayudando a evitar conflictos y malentendidos.
Promover el respeto mutuo: Alentar a los individuos a tratar a los demás con dignidad y respeto, reconociendo y valorando las diferencias individuales.
Garantizar la seguridad: Proteger la integridad física y emocional de los miembros de la comunidad, previniendo la violencia, el acoso o cualquier forma de abuso.
Facilitar la convivencia: Permitir que personas de distintos orígenes, creencias y valores coexistan de manera pacífica y cooperativa.
Promover la responsabilidad: Inculcar en los individuos la importancia de asumir la responsabilidad por sus acciones y contribuir positivamente al bienestar común.
Resolver conflictos: Ofrecer mecanismos para el manejo y resolución de disputas de manera justa y pacífica.
En resumen, las normas de convivencia son esenciales para el funcionamiento armónico de cualquier grupo social, ya que facilitan la interacción positiva entre sus miembros, aseguran el respeto a los derechos de todos, y promueven un ambiente de cooperación y paz.
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